En el 2008 y con motivo de la gran sequía que sufrió Barcelona decidimos visitar el Pantano de Sau, en la comarca de Osona (Barcelona). El Pantano se comenzó a construirse en el año 1949. Las obras se prolongaron hasta el 1969 y se inauguró en 1962, cuenta con unos 17 Km de largo y un ancho máximo de 3 Km. Bajo sus aguas esta el pueblo de Sant Romá de Sau que aunque desapareció en 1962 por la construcción de ésta infraestructura, se resiste a ser olvidado, y de tanto en cuanto nos sorprende con una llamativa imagen: su iglesia románica, que muestra su parte más alta, aún estando el pantano casi al límite de su capacidad. E sa era la imagen que nos tenia el pantano guardada cada vez que lo visitamos, pero esta vez era especial. La gran sequía que sufría Barcelona hizo bajar el nivel del agua de una manera tan atroz que pudimos pasear por lo que quedaba de este antiguo pueblo, es más, pudimos apreciar su iglesia en toda su plenitud.
Habían vallas metálicas que eran para evitar que los turistas accedieran a las peligrosas ruinas de la iglesia y solo pudimos apreciar la iglesia del siglo XI en medio del polvoriento lecho del embalse a una cierta distancia. Hacía un día muy apacible y como ya era hora de comer, extendimos un mantel el el suelo y comimos allí mismo un magnifico picnic, con una vistas que puede ser no volvamos a ver.
Ya una vez cansados de pasear, hicimos una pequeña parada, de retorno a casa, en Vilanova de Sau. Un curioso parque que hizo las delicias de la pequeña.
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