El pueblo medieval de Pals en la Costa Brava

Pals es uno de esos pueblos que tenemos que visitar, si o si, si viajamos a la comarca del Baix Empordà, en la Costa Brava (Girona, Cataluña). Paseando por su centro histórico, se para el tiempo y puedes disfrutar de sus calles, arcos y casas empedradas, dentro de un recinto gótico rehabilitado y muy buen conservado.

Aparcamos el coche cerca del centro, en un parking gratuito. Era temprano y no tuvimos problema en aparcar ya que se llena enseguida. Era martes y había mercado, cosa que aprovechamos al final para comprar fruta y alguna cosilla mas.

Plaça Major

Empezamos en la calle Abeurador y comenzamos andando hacia arriba. Después de unas pequeñas escaleras de piedra con barandilla en medio, llegamos a la Plaça Major. Aquí pudimos encontrar la Oficina de Turismo y el Ayuntamiento. Es un buen lugar para sentarse en alguna de sus terrazas de bar y tomarse algo tranquilamente.

Carrer Major

En el extremo de la plaza, encontramos un arco gótico que daba acceso al Carrer Major, pasamos por debajo y continuamos avanzando y de nuevo, pasamos por debajo de otro arco de piedra, descubriendo a partir de aqui, varias tiendas de souvenirs.

Torre de les Hores

Giramos hacía la derecha y subimos unas escaleras para llegar, a la Torre de les Hores. Del año 889, una torre románica (s. XI-XII) de 15 m de altura. La torre formaba parte del Castillo (que ya no existe), era la encargada de dar las horas (de ahí su nombre), no como en los demás pueblos que lo hacían las iglesias.

Castillo

Avanzamos hasta el cartel que nos indicaba que estaba el Castillo. En el siglo XV, durante la guerra contra Joan II, quedó muy deteriorado y el monarca decidió utilizar sus piedras para reconstruir la iglesia de Sant Pere y las murallas. Por los alrededores, pudimos observar algunos fragmentos de muros del antiguo castillo, sobretodo en la casa del Dr. Pi i Figueres, impulsor de la restauración de la población.

Descansamos en una pequeña explanada donde estaba situado el Mirador d’en Josep Pla. El rincón preferido del escritor Josep Pla, nacido en Palafrugell, que lo definió como una de las mejores vistas de la Costa Brava. Desde allí pudimos ver localidades vecinas como Peratallada o Sant Feliú de Boada y montañas como el macizo del Montgrí, incluso llegamos a ver las islas Medas.

Pals no merece una visita, sino cien visitas, porque su ubicación ofrece la posibilidad de ver uno de los paisajes más bellos e inolvidables del país
Josep Pla. El meu país. Barcelona: Ed. Destino, OC VII, 1968, p. 693

Església de Sant Pere

Bajamos por el paseo arquitectónico y llegamos a l´Església de Sant Pere. Del s. XI. fue reconstruida en 1478 con restos del castillo. Realizada con diversos estilos arquitectónicos (románico, gótico y barroco), es un patrimonio histórico de la ciudad.

Desde aquí, volvimos a la Plaça Major a tomar algo, mientras el pueblo se empezaba a llenar de turistas. Compramos algún recuerdo de la visita y dimos por acabado nuestra visita a Pals, unos de los pueblos medievales mas bonitos de la Costa Brava.

Información práctica

Localización

Plano

Es aconsejable llegar temprano para encontrar aparcamiento en el parking gratuito del pueblo, por otras zonas del pueblo, se puede aparcar pero tiene zona azul.
Mientras exploras la localidad te cruzarás con diferentes galerías de arte y también pequeñas tiendas artesanales en las que podrás comprar coloridas piezas de cerámica catalana por muy buen precio.
Si visitas Pals al final de agosto, podrás disfrutar de un riquísimo evento gastronómico: La Feria del Vino y Cavas de Pals (Fira de vins y Cavas de Pals) especializada en la denominación de origen Empordà..
A finales de julio se celebra la nit d’Espelmes donde se puede disfrutar hasta la 1.00 de la madrugada de una noche muy especial iluminada por las velas. Las calles del núcleo antiguo de Pals se ilumina únicamente por la luz de velas.
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