Teníamos previsto visitar y comer por Munich y después desplazarnos hasta el Castillo de Neuschwanstein para visitarlo por la tarde. Aparcamos en la zona centro y fuimos directos a la Marienplatz, una plaza preciosa, repleta de edificios históricos, que durante la edad media acogía el mercado de sal y cereales de Baviera. Estuvimos observando los edificios como el Neues Rathaus, el Ayuntamiento Nuevo, de estilo neogótico, que empezó a erigirse durante la segunda mitad del siglo XIX. Con una fachada de más de 100 metros, repleta de esculturas y una torre central de 85 metros de altura y sobretodo nos gustó el reloj de carillón, conocido como Glockenspiel, con 43 campanas y 32 figuras que estuvimos esperando, ya que a la hora en punto hacían un espectáculo musical. Tambien vimos la columna de Santa María, esculpida en el siglo XVII por Hubert Gerhard y la fuente de Fischbrunnen, conocida popularmente como la fuente de los peces, ya que en los mercados medievales se utilizaba para conservar en ella el pescado vivo.
Cruzamos la calle y nos encontramos con la Peterskirche, la iglesia más antigua de la ciudad. Abandonamos la plaza y nos dirigimos a la Frauenkirche o catedral de Nuestra Señora, un impresionante edificio gótico, con unas cúpulas de color verde. Uno de los edificios mas altos de Munich, y es que una disposición urbanística impide construir cualquier otro edificio en todo Munich que supere en altura sus 99 metros. Ya nos alejamos, pero no mucho, hasta que llegamos al Viktualienmarkt, un espectacular mercado de vituallas, estaba situado en la misma zona del centro. Allí encontramos absolutamente de todo: desde frutas y verduras hasta especialidades de comida bávara, pasando por carnes y pescados, flores o productos exóticos. Nosotros nos tomamos una cerveza y nos sentamos a probar un delicioso plato de salchichas típicas en una de las mesas comunitarias.
Una vez comido un tentempié, cogimos el metro y fuimos a visitar el Olympiapark, construido para los Juegos Olímpicos de 1972, es un pulmón verde de más de 300 hectáreas de extensión. El parque cuenta con instalaciones que incluyen un estadio, una pista de patinaje sobre hielo, una piscina cubierta, una pista de ciclismo, un anfiteatro, un pabellón olímpico, un acuario de peces mediterráneos y tropicales, e incluso una pequeña capilla. Una de las partes más interesantes del parque es la Olympiaturm, una torre de la televisión de 290 metros de altura. Desde alli también pudimos ver la Fabrica museo del BMW.
Ya era hora de comer y volvimos al centro y, como no, fuimos a comer al famoso Höfbrauhaus, el establecimiento más famoso no sólo de Munich, sino de toda Baviera. Fundada en 1589, esta cervecería estába a cualquier hora repleta de clientes dispuestos a beber el líquido dorado en las clásicas jarras de litro. Rodeados de una decoración típica de Baviera, degustamos las especialidades gastronómicas como las salchichas, el chucrut o la tarta de manzana.
Después de comer, cogimos el coche y nos desplazamos a Fussen para visitar el Castillo de Neuschwastein. Es hoy uno de los castillos más visitados de Europa. Aproximadamente 1,4 millones de personas visitan anualmente «el castillo del rey, Luis II, de cuento de hadas». Nos gusto mucho, sobretodo a Lucia, ya que Disney se inspiro en el para recrearlo en su famoso castillo. Subimos andando pero aprovechamos la bajada para hacerlo en un carro tirado por caballos como los príncipes. En este castillo el rey no llegó a residir ni medio año, emergiendo como un castillo de cuento de hadas entre los bosques, regala vistas fantásticas sobre los picos del Schlagstein y del Hochplatte, aparte del castillo de Hohenschwangau, que podemos distinguir a lo lejos.
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